Robots ¿sí o no? Emulación y recreación de los cinco sentidos

inteligencia artificial-robotsEl debate está servido. Muchos son los que piensan que la robótica es capaz de simular y modelar nuestro cuerpo y nuestros sentidos, así como mejorar nuestra vida hasta límites insospechados. Mientras que otros muchos son de la opinión de que el cerebro humano es tan complejo que estamos lejos de poder replicarlo en una máquina. Sobre todo porque tenemos algo que los robots nunca podrán tener: la inteligencia emocional. No obstante, los grandes pasos de la robótica se dirigen hacia una autonomía real gracias a la incorporación de la inteligencia artificial (IA).

Así pues, la industria tecnológica trata de mejorar posibles limitaciones físicas, no solo de extremidades sino de los propios sentidos. Ya es por todos conocidos los avances de la robótica biónica para dotarnos de miembros con los que seamos capaces de andar, correr, sujetar objetos o manejar herramientas y aparatos. Éste es el ejemplo de los brazos y piernas robóticas y donde cada vez será más habitual los sensores, nuevos materiales y hasta el control con la mente.

El avance no se queda en ese punto, ya que la siguiente cuestión se basa en saber si realmente los aparatos tecnológicos, nuevos dispositivos o aplicaciones  podrán sustituir o emular los sentidos. La iniciativa está planteada y el trabajo en marcha para que los robots y equipos escuchen, sientan, huelan, vean y toquen de la forma más humana posible y viceversa, aunque hacer esto realidad tardará todavía algo de tiempo.

El Oído

Miles de personas en España han afinado el oído gracias a los implantes cocleares. Sin embargo, los avances continúan y el sentido del oído humano es en ciertos aspectos más limitado que el de las máquinas. Así pues, aunque a veces, desde el móvil Siri nos diga: “lo siento no te he entendido” o nos desesperemos cada vez que llamamos a nuestra compañía de teléfono porque la ‘máquina’ que nos atiende no nos comprende, lo cierto es que el software está mejorando día a día. Un ejemplo de ello es ver como los servicios de atención al cliente de las empresas están evolucionando con la desaparición de los call center en virtud de los chatbots inteligentes o asistentes virtuales.

El mayor esfuerzo está centrado ahora en los sistemas biométricos de voz, utilizados por ejemplo en entidades bancarias para evitar timos. Así como, en la posibilidad de predecir si se avecina algún peligro o catástrofe a través de sensores inteligentes en los ordenadores, detectando por ejemplo la presión, vibraciones y ondas sonoras en diferentes frecuencias. Con este adelanto además el lenguaje de los bebés podría ser comprensible.

El Olfato:

El sentido del olfato es automático en el ser humano y por ello, la capacidad de reproducir olores es el mayor obstáculo y reto para los investigadores. La creación de un olfato robótico rentable, portátil y funcional es importante por ejemplo para emplearse en el sector de la agricultura con la vigilancia del campo o de la madurez y frescura de frutas y verduras; en el día a día con la capacidad de detectar distintos tipos de gases, lo que permitirá evitar fugas e intoxicaciones en situaciones de riesgo; así como en la medicina con el diagnóstico de enfermedades.  Cualquier persona querría saber cuándo se va a poner enfermo y actuar en consecuencia gracias a sensores incorporados en los PC´s o teléfonos móviles o que los propios médicos pudieran tener ayuda a la hora de diagnosticar un ataque de asma, de epilepsia o diabetes.

El Gusto:

Dicen que comer es un placer de la vida, y aunque cada vez más nos adentramos en el mundo healthy, seguimos expectantes ante nuevas recetas y descubrimientos en cuanto al sabor se refiere. Así pues ¿queremos tener alguna máquina o robots que funcionen igual al paladar humano? Hasta el momento, algunas pruebas robóticas se han centrado en estimuladores digitales del sentido del gusto, como la Digital Lollipop o piruleta digital, la cual puede reproducir sensaciones y los sabores como el dulce, salado, agrio y amargo, así como ‘la lengua electrónica’ creada por investigadores españoles capaz de distintiguir diferentes marcas de cerveza y su sabor. Asimismo, gracias a la posibilidad de que los sensores puedan actuar como papilas gustativas las máquinas incluso pretenderán reemplazar a un catador de vinos profesional.

El Tacto:

Existen aplicaciones y pequeñas máquinas que nos acompañan a la hora de hacer deporte midiendo las calorías quemadas, las pulsaciones y hasta los pasos realizados durante el día. En relación al tacto, las investigaciones no solo giran en torno a crear prótesis sensibles y cada vez más reales, sino en la creación de una piel electrónica para ayudar por ejemplo a personas que hayan sufrido quemaduras o una piel sintética inteligente que permita a robots y prótesis sentir de forma similar a como los hacemos los seres humanos.

No obstante, el futuro está en poder llegar a sentir a través de un teléfono móvil gracias a vibraciones que reflejen cómo se sentiría la superficie tocada. Esto sería un gran adelanto de cara al sector comercial, ya que mejoraría mucho la experiencia de compra a través de la red. La idea es por ejemplo conseguir pasar el dedo por la imagen del artículo en el móvil y sentir la textura y el entramado de una tela.

La Vista

Al igual que con el oído, con la visión humana rápidamente se diseñaron maquinas que lo representaban. Las cámaras están en nuestro día a día, por ejemplo su uso como sistema de vigilancia o como herramienta de trabajo para realizar videoconferencias o conectar con personas que están en cualquier otro lado del mundo. Pero ahora, el objetivo es que esos ojos robóticos interpreten los gestos, los comportamientos, los rasgos faciales etc. habilitando su aplicación real en el día a día y utilizándose por ejemplo como método de pago o incluso para mejorar la seguridad pública. Ya existen sistemas de vigilancia avanzados que son capaces de predecir dónde se producirá el siguiente robo o acto vandálico mediante el análisis de gestos, caras o comportamientos humanos.

Además, los ojos biónicos están permitiendo que personas ciegas recobren su visión, aunque estos dispositivos solo permiten a los pacientes distinguir luces, sombras y figuras por el momento.

Conclusión

En definitiva, lo cierto es que debemos ver estos adelantos como una ayuda y no como una amenaza para el ser humano. La tendencia es que salgan de las fábricas y entren en los hogares y en nuestro día a día para ayudarnos a mejorar nuestra vida, disminuyendo nuestras carencias. Así pues, los dispositivos conectados al cerebro están consiguiendo que aquellos que no podían disfrutar de algunos de los sentidos los recuperen, mientras que los investigadores están consiguiendo integrar en las máquinas los cinco sentidos humanos.

 

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