Podemos afirmar que en algo menos de dos décadas, dos tercios de la población mundial vivirán en ciudades. Esto supone un gran reto, pues surgirán nuevos problemas, pero también nuevas soluciones (Smart Cities y e-Government). Muchos de los urbanistas más destacados, afirman que la ciudad es el método más eficiente y natural para la convivencia humana. En ellas se convive con un mayor número de personas, se adquieren un mayor número de experiencias, y por lo tanto, se crece social y humanamente.
Una de las grandes dificultades a las que se enfrentan las ciudades es la correcta gestión de sus recursos. A medida que aumentan en población y extensión, esta gestión se vuelve más y más compleja. Conscientes de la importancia que tiene la colaboración de la ciudadanía, aparecen las Smart Cities. Este término, traducido como «Ciudades Inteligentes», auna la eficiencia y sostenibilidad de las mismas.
Lo que se pretende es la interacción activa entre ciudad y ciudadano. Es decir, que la ciudad sea capaz de ofrecer datos de interes a los que viven en ella, y viceversa. Estos datos mejorarán notablemente la eficiencia de la misma, y por lo tanto la forma de vivir de sus habitantes.
De la mano de este término, pero aplicado a la administración, podemos definir e-Government, o e-Administración. Esto hace más fácil la vida de la gente, permitiendo realizar trámites de manera electrónica y automática. Evita incidencias y ayuda a la administración a ser cada vez más eficiente.
Las aplicaciones móviles son uno de los factores más importantes para el concepto de «smart cities». Y es que con la ayuda de estas, podemos ver desde nuestro móvil los horarios de los autobuses, lugares de ocio cercanos, o incluso notificar al ayuntamiento que hay un alcorque vacío.
El futuro está en las ciudades, y el futuro de estas, en su ciudadanía.
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