Uno de los aspectos imprescindibles, para el correcto funcionamiento de un Centro de Proceso de Datos, es la limpieza. Para que sea efectiva y no provoque errores graves en las instalaciones, contamos con personal técnico especializado, con altos conocimientos en entornos críticos, componentes, flujos de circulación de aire, etc. Además, las limpiezas se realizan en funcionamiento, sin que repercuta en una caida o fallo de los sistemas.
La monitorización de los niveles de temperatura y humedad según las diretrices de ASHRAE, son un elemento muy importante del control ambiental de los CPD, pero no el único. Los límites de temperatura recomendados son de 18ºC a 27ºC. La humedad se limita a menos de 60% con las temperaturas de punto de rocío inferior y superior de 5,5ºC y 15ºC respectivamente. Sin embargo, el polvo y la contaminación gaseosa son los factores que más incrementan las tasas de fallo.
Los efectos de la contaminación en el aire en los Centros de Datos se pueden dividir en tres categorías principales:
Para controlar el ambiente de un Centro de Datos hay que tomar mediciones periódicas del nivel de suciedad tal como indica la normativa. Es necesario planificar limpiezas técnicas sin recontaminar el entorno o perturbar el funcionamiento del Centro de Datos. Finalmente hay que formar al personal técnico que utiliza la sala para incluir la limpieza en los procedimientos habituales de uso de las salas.
Nuestros planes de limpieza técnica de los CPD cumplen con los siguientes objetivos.
Para que la limpieza técnica sea efectiva y perdure en el tiempo, es necesario contar con elementos activos de limpieza. Estos elementos van, desde la formación de personal técnico en procedimientos de uso limpios de Data Center (no introducir embalajes en las salas, utilizar aspiradores al realizar agujeros, etc.), hasta la instalación de elementos adicionales activos como las baldosas atrapapolvo.
Un Centro de Proceso de Datos es un entorno protegido, y por lo general, estanco. El 80% del polvo y la suciedad se introduce en los pies y lo introduce el personal técnico al pasar a la sala. En este caso, las baldosas atrapapolvo, situadas a la entrada de las salas técnicas, fuera de la misma, evitan que más del 99% del polvo y la suciedad entren en la sala cerca del nivel del suelo.
Algunas de las ventajas que proporcionan estas baldosas son:
Se establecerá un programa de mantenimiento de la limpieza técnica, en donde se realizarán mediciones periódicas del nivel de suciedad de las salas. Estas mediciones se realizarán con contadores ópticos de partículas.
Según la normativa ISO 14644 se deberán realizar mediciones cada menos de 12 meses, es decir, al menos una revisión anual. Lo recomendable sería cada 3 o 6 meses, comprobando que el nivel de suciedad alcanzado no supera lo indicado por la normativa. En caso contrario se realizará una nueva limpieza técnica.
Adicionalmente se debe preparar un calendario anual de actuación y limpieza durante el uso habitual de las salas.
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